Ante algunas informaciones que están generando confusión sobre la propuesta de coalición para las próximas elecciones generales, particularmente a partir de la reunión de la Comissió Executiva Nacional de Compromís del 20 de octubre, Iniciativa del Poble Valencià informa a su militancia de los siguientes aspectos :
El escenario político resultante de las elecciones autonómicas del 24 de mayo, con unos resultados históricos para Compromís y una pluralidad política inédita en las Cortes Valencianas, impulsaron la reflexión inmediata de aprovechar esta inercia para sumar esfuerzos de cara a las previsibles elecciones generales de finales de año. Tanto es así, que en la Comissió Executiva Nacional celebrada al día siguiente de las elecciones ya se puso sobre la mesa de manera formal, trabajar para lograr una confluencia política con otras organizaciones y movimientos sociales. En base a esa propuesta, miembros de la Executiva representantes de los tres partidos de la Coalición y también de los adheridos, iniciamos una ronda de reuniones con Podemos y EUPV para dar cumplimiento al acuerdo adoptado.
Del resultado de estas conversaciones se informa en la siguiente reunión de la Executiva de Compromís, celebrada el día 13 de julio, y en esta reunión se acuerda, con un solo voto en contra, formalizar los contactos con Podemos para explorar la posibilidad de llegar a una coalición electoral. Quedó pendiente para una siguiente reunión la concreción de un decálogo político que constituyera la base de la coalición, en la línea del Acuerdo del Botánico, así como otras cuestiones técnicas.
El día 18 de julio la Mesa Nacional de Iniciativa acordó por unanimidad ratificar el acuerdo de la Executiva de Compromís de formalizar los contactos con Podemos y otras fuerzas y actores sociales.
Entre el 5 y el 12 de agosto el Bloc realiza un referéndum sobre el acuerdo de la Executiva de Compromís que avala mayoritariamente los acuerdos anteriores.
El 1 de septiembre, en una nueva reunión de la Executiva de Compromís, se presenta el decálogo que se había encomendado, se informa de las reuniones mantenidas y de los procesos llevados a cabo por los diferentes componentes de Compromís y acuerda continuar los contactos para concretar un acuerdo que contemple 3 aspectos:
1. La visibilidad del nombre «Compromís» de manera preferente en el nombre e imagen de la candidatura.
2. El liderazgo político de Compromís en la coalición y en el grupo parlamentario resultante.
3. La garantía de un grupo parlamentario propio de los diputados y diputadas fruto de la coalición.
Posteriormente a esta reunión el Bloc convocó un nuevo referéndum. Como consecuencia del resultado, la dirección del Bloc trasladó al resto de miembros de Compromís su decisión de apartarse del proceso de conversaciones.
Sin embargo, la dirección del Bloc consideró que aunque ellos no pudieran asistir a las negociaciones, era positivo seguir con el diálogo con Podemos y el resto de agentes sociales para alcanzar un acuerdo que posibilite el desarrollo de políticas en beneficio de las personas y que permita, por primera vez en la historia, que una oferta electoral exclusivamente valenciana tuviera protagonismo en los cambios políticos profundos que abordará la próxima legislatura.
El 3 de octubre, la Asamblea General de Iniciativa aprueba por unanimidad unas bases programáticas que incluyen los aspectos fundamentales de la decisión de la Executiva de Compromís del 1 de septiembre. El mismo día, la Asamblea General de los VerdsEquo adopta un acuerdo en términos parecidos.
El 6 de octubre se reúne de nuevo la Comissión Executiva Nacional de Compromís y, dado que hay acuerdos contradictorios entre los socios de la coalición, se decide que en un plazo de 15 días se aporte alguna propuesta concreta que permita verificar el cumplimiento de las 3 condiciones establecidas. Durante 15 días, representantes de Iniciativa, de los VerdsEquo y de las personas adheridas se reúnen varias veces para dar cumplimiento al mandato de la Executiva y, finalmente, se llega a un acuerdo político y un acuerdo electoral que cumplen todas y cada una de las condiciones acordadas reiteradamente por los órganos de Compromís. Son los dos documentos que adjuntamos.
El 20 de octubre se presentan los dos documentos en la Comissió Executiva de Compromís. Sobre el primero, el manifiesto político, hay acuerdo general. Sobre el segundo, los representantes de Iniciativa, de Los VerdsEquo y de las personas adheridas manifiestan su satisfacción porque recoge todas las demandas que se han hecho reiteradamente desde la Comissió Executiva Nacional de Compromís. En cambio el Bloc solicita un receso. Veinte minutos después se reincorporan a la reunión y manifiestan su rechazo al documento porque, según dicen, no garantiza la existencia de un grupo parlamentario propio. Además, durante la reunión, miembros destacados del Bloc apuntan que, en realidad, no quieren que se llegue a un acuerdo con Podemos, y esta manifestación pública realizada por primera vez no queda desmentida por ningún dirigente del Bloc.
Sobre la primera objeción hay que decir que la legislación y la doctrina reiterada sobre la creación de grupos parlamentarios en el Congreso es clara. Si la coalición que se propone alcanza el 15% de los votos en cada una de las circunscripciones en que nos presentamos y se obtienen, al menos, 5 diputados, se dispondrá de grupo parlamentario en el Congreso. No se encontrará ningún informe jurídico que diga lo contrario.
Nuestros socios aseguran que esta doctrina no sería aplicable a la coalición propuesta porque la existencia de la marca Podemos en la coalición se acumularía la marca Podemos en el resto del Estado y no contaría a los efectos explicados. Pero este contraargumento no es correcto ya que la legislación electoral también es clara en este aspecto y existen numerosos precedentes. Al formarse una coalición sus partes computan como un nuevo y único sujeto político: en consecuencia sólo se tienen en cuenta los resultados que obtengamos en Alicante, Castellón y Valencia que es donde únicamente nos presentamos.
El segundo argumento, es decir, la negativa a pactar con Podemos, que después de haberse manifestado por primera vez en la ejecutiva del día 20 ha sido publicitada en redes sociales y medios periodísticos por dirigentes destacados del Bloc, constituye una novedad política difícilmente explicable y justificable. Este ha sido el marco de negociaciones en las que se ha trabajado, con lealtad y en estricto cumplimiento de los acuerdos reiterados de la Comissió Executiva Nacional de Compromís desde el día 25 de mayo, con información periódica y cumpliendo todos los acuerdos que se han explicado antes. Unas negociaciones que han dado como resultado una propuesta de acuerdo que da sobrado cumplimiento a las condiciones políticas marcadas por la Executiva de Compromís. Tanto es así, que sólo una de las cuatro partes que componen la Executiva de Compromís (la mayoritaria, ciertamente) se muestra en desacuerdo con la propuesta de acuerdo. Las otras tres consideran que la propuesta recoge sobradamente los acuerdos de la Executiva.
Así pues, desmontado el primer argumento y aparecido sorpresivamente el segundo, nos encontramos en una situación delicada que no se puede resolver por votaciones mayoritarias, sino por acuerdos políticos. Las normas y bases de Compromís definen claramente que los acuerdos políticos se adoptan en la Executiva, con un delicado juego de equilibrios y mayorías cualificadas que garantiza que las decisiones cuentan con el consenso y el apoyo de todas las partes que integran la coalición . El Consell General ratifica (o no) los acuerdos a los que previamente se llega en la Executiva. Así se ha hecho siempre y no hay ningún motivo para hacerlo ahora de manera diferente.
Hay, además, argumentos falaces, como los de convocar un referéndum. Un referéndum en una coalición es un contrasentido si afecta a la voluntad política de alguna de las partes de la coalición, porque implicaría que la soberanía de una de las partes la decide gente que no pertenece a esa parte, invadiendo de esta manera un fuero que no le es propio.
Compromís es una coalición que existe por la voluntad de cada una de las partes que la conforma y que se renueva por decisión propia en cada proceso electoral. Y para garantizar que todas las partes que la conforman encuentran su lugar tenemos establecidos mecanismos de garantía de pluralidad que han constituido en gran parte el éxito de la coalición. Porque no queremos para nosotros lo que no queremos para el resto: que los grandes se impongan sobre los pequeños.
Pero más allá de estas consideraciones de carácter técnico, es importante no perder de vista el contexto político: las próximas elecciones generales no son unas más. Hay consenso en considerar que la próxima legislatura no sólo supondrá un cambio político, sino que tendrá que abordar reformas estructurales de diversa índole que afectarán al pueblo valenciano. Tenemos además, la posibilidad de liderar una opción electoral que, por primera vez en la historia, convierta al País Valenciano en sujeto político y protagonista de este cambio y que, además, nos sitúe en primera línea del panorama político de nuestro país, que refuerce nuestros alcaldes y alcaldesas, concejalas y concejales, consellera y consellers y a nuestra vicepresidenta. Que nos sitúe en la primera línea política. Es el momento de la política en mayúsculas. Y no queremos perder una vez más el tren de la historia. No se trata de mejorar nuestros resultados por autosatisfacción, sino de protagonizar, en compañía de otros, un momento histórico. Un momento para las personas.
Miquel Real, Mireia Mollà, Francisco García.
Els portaveus.