La asamblea general de las Naciones Unidas estableció el 11 de febrero como el día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, con el propósito de reconocer y visibilizar el papel de las mujeres en la comunidad científica y tecnológica. Con motivo de esta celebración, están teniendo lugar en todo el mundo y, en concreto, en la ciudad de la Valencia, numerosos actos con mujeres científicas que analizan la presencia de las mujeres en la ciencia, tanto desde un punto de vista histórico como en la actualidad.
Feminismos con Iniciativa-Compromís se ha sumado a la reivindicación con la organización del acto Mujeres de Ciencia ayer por la tarde en la Casa del Alumno de la UPV, al que asistieron como ponentes las profesoras y científicas Paula Tuzón, física teórica y profesora de la UV de educación científica, también miembro activo de Iniciativa-Compromís, Lucía Hipólito, neurocientífica y profesora de la UV en el Departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica, y Isabel Pérez Arjona, profesora del Departamento de física Aplicada de la UPV.
En la tertulia se abordaron cuestiones importantes sobre la actual brecha de género en la ciencia y la tecnología. Se comentaron los datos existentes, de cómo en las carreras más tecnológicas la brecha es más pronunciada; y de cómo, incluso en las carreras que tienen más que ver con ciencias de la vida -donde hay más mujeres que en las anteriores- la presencia de las mujeres también baja según aumenta el escalafón ocupado en la profesión.
Se comentó la fuerza de los estereotipos y se incidió mucho en el papel de la educación. «Según los estudios, a los 5 o 6 años las niñas ya piensan que los niños son más inteligentes.» «El problema no está en las ciencias en sí, sino en que cuando voy a una librería con mi hija de 3 años, más del 80% de los libros son historias donde el protagonista es un niño, y no una niña, a la que le pasan aventuras», reflexionó Paula Tuzón. «El papel de la educación es fundamental, desgraciadamente en las escuelas todavía falta mucha concienciación», apuntó Lucía Hipólito. «Hay un refuerzo activo para que las niñas se interesen más por unos temas que por otros», comentó Isabel Pérez Arjona. «El refuerzo pasivo es enorme, como los adultos transmitimos de manera inconsciente lo que pueden y deben hacer las niñas y lo que pueden y deben hacer los niños», añadió Paula.
Aparte de los estereotipos que hacen que los niños se interesen más por unos temas que para otros, José Gea, coordinador de movimientos sociales y universidades de Jóvenes con Iniciativa-Compromís y moderador del acto, preguntó qué pasaba una vez una mujer había escogido una carrera científica; por qué después muchas abandonan la profesión. «Las tareas asignadas socialmente a las mujeres, como son cuidar a los hijos y la casa, hacen incompatible el desarrollo de una carrera científica. Si estás 9 meses fuera de juego, cuando te incorporas te has quedado atrás», comentó Isabel. Paula profundizó más en esta idea: «Es por cómo funciona la ciencia. Es un capitalismo voraz en un entorno progre, y eso dificulta mucho poder hablarlo. El capitalismo devalúa todas las tareas que tienen que ver con el cuidado de los cuerpos y el entorno, tareas socialmente asignadas a las mujeres. Por lo tanto, si las mujeres asumen estas tareas quedan expulsadas de las carreras científicas. La clave no está tanto en dejar de hacer esas tareas; sino en cambiar de modelo. Yo no quiero renunciar a ver a mis hijos por la tarde. La ciencia debe dejar de ser un deporte de élite y pasar a ser un oficio». Lucía añadió,»la ciencia se vende como algo vocacional, donde tú trabajas porque quieres, no porque tienes que trabajar. Debe ser tu sueño. Si no te sientes así, es que eres menos científico».
Isabel planteó también la cuestión de que la ciencia es un mundo donde la mujer es constantemente evaluada por hombres. Lucía y Paula recordaron el famoso estudio de la Universidad de Yale, donde se veía como el currículum de un hombre para un puesto de trabajo en ciencia era mucho mejor evaluado que el de una mujer, cuando ambos currículos eran exactamente iguales. «Tenemos todo un reto y es esencial que los hombres reconozcan su papel», aseguraron las ponentes.
El acto terminó con una ronda de reflexiones y preguntas entre el público, a raíz de las cuales las científicas comentaron la importancia de la autoconfianza en las mujeres. «No se trata de masculinizarse, como hemos dicho antes, el reto es cambiar el modelo, pero también es cierto que hay cosas que los hombres hacen muy bien, y las mujeres tenemos que aprender a confiar más en nosotras mismas», comentó Paula. «Hay mucha pseudociencia sobre si el hombre está más capacitado para ciertas carreras y las mujeres para otras, es importante romper estos mitos e incidir mucho en la educación», concluyó Lucía.